domingo, 8 de noviembre de 2009

Promesas del este ; promesas de verdad


El inquietante y perverso David Cronenberg, filma, la que es, probablemente la obra cúspide de su carrera cinematográfica, un duro y soberbio retrato de la mafia rusa en Londres. Una obra realizada con una técnica, esmero y una sobriedad electrizantes, una obra que se mantiene entre otras cosas por la creíble, fría y perversa interpretación de Viggo Mortensen, acompañado aquí por la inglesa Naomi Watts y con un planel de secundarios gloriosos, como Vincent Cassel, o Armin Mueller-Stahl.

El film entre sin remordimientos ni concesiones en las bases de la familia, la fidelidad y la paternidad, creando un estado de tensión en toda la película, sin la necesidad de realizar secuencias de acción (realmente sólo hay una, pero filmada y desarollada de una forma magistral) ni situaciones estereotipadas. En conjunto, el film, es creíble y realista, historias de la calle, historias de verdad.

Hay que destacar lo fluida y maravillosa que es la relación entre los dos protagonistas (Mortensen y Watts), una relación contenida, distante, peligrosa, pero de una pasión silenciosa desbordante.

Filmada con tonos grises y oscuros en el film no se reproduce ni una pizca de alegría ni compasión, pero sí, un atisbo de esperanza (representada mediante el bébe) de que puede haber luz al final del túnel,o de que puede haber un destino feliz y glorioso, sin la necesidad de rebajarse uno mismo.

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